#3

No te dejes llevar por mi timbre de desánimo,
mi voz color brasa.
He apagado el fuego de mis manos
y voy a menguar las magnitudes
hasta la demolición de mis peores intenciones.

Pero ahora me estoy restaurando,
porque no quiero ver el mundo pixelado y borroso,
para que cuando termine esta terapia de choque
pueda ver los relámpagos de tus pupilas en alta definición.

Porque ahora que me he quitado los diques
no puedo convocar la tormenta sin cuidado;
ahora que estoy descompensado,
ir sedado no me hace seda
...y quiero saber dónde estoy yendo, no abusar de la deriva,
tener al viento de mi lado y un objetivo
antes de izar la bandera negra en mitad de este cielo.

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