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Mostrando entradas de octubre, 2020

#2

Todo pesa, aquí en el pecho, en la cabeza, cuando la sangre llega al corazón lento; cuando cada esquina de mi vida sigue hablándome de tu pelo negro y tu sonrisa, de nuestro amor juramentado entre las sábanas. Sin embargo era el momento y aunque ahora solo me queden los poemas, los que repito en mis adentros como un salmo que me salva, el Sol sale mañana en la mañana y veré gris el asfalto, las manchas en el mármol, la arruga en la camisa plata que me regalaste; podré cambiar lo que hay en mi cerebro cambiando lo que hay en mis sentidos, cambiando lo que haga con sus rayos.

#3

No te dejes llevar por mi timbre de desánimo, mi voz color brasa. He apagado el fuego de mis manos y voy a menguar las magnitudes hasta la demolición de mis peores intenciones. Pero ahora me estoy restaurando, porque no quiero ver el mundo pixelado y borroso, para que cuando termine esta terapia de choque pueda ver los relámpagos de tus pupilas en alta definición. Porque ahora que me he quitado los diques no puedo convocar la tormenta sin cuidado; ahora que estoy descompensado, ir sedado no me hace seda ...y quiero saber dónde estoy yendo, no abusar de la deriva, tener al viento de mi lado y un objetivo antes de izar la bandera negra en mitad de este cielo.

#1

Sólo recuerdo el capó, rojo brillante, y la farla, blanco mate, sobre él; yo volviendo a perder el oremus; llegar a casa con los colmillos translúcidos con dos Lunas nuevas metidas en mis córneas y el cielo azul como una cruz sobre la espalda. Llenarme el cuerpo de basura no me sirve -mal que me pese- aunque sea fácil, -mal que me pese- aunque me duelan los ojos. Porque cuando dejo de ser dejo de ser pero sigo haciendo, y pierdo el cariño por una hoguera donde ardo; por una duna que me engulle, que si me pesan de verdad. No obstante ya lo he visto, he pisado este camino antes, y sé- porque otra cosa no, pero sé- la dirección que tomar. Y es que lo alisé con amor cuando niño y ahora lo voy a asfaltar con disciplina como adulto, encontraré las llaves y abriré la puerta, dejaré que el aire fresco me lave la máscara y la cara, porque debo, debo volver a oler el césped recién cortado y sentir el calor de la piel contra el Sol, porque debo volver, a otras esencias, mejores predominancias, y