#2
Todo pesa, aquí en el pecho, en la cabeza, cuando la sangre llega al corazón lento; cuando cada esquina de mi vida sigue hablándome de tu pelo negro y tu sonrisa, de nuestro amor juramentado entre las sábanas. Sin embargo era el momento y aunque ahora solo me queden los poemas, los que repito en mis adentros como un salmo que me salva, el Sol sale mañana en la mañana y veré gris el asfalto, las manchas en el mármol, la arruga en la camisa plata que me regalaste; podré cambiar lo que hay en mi cerebro cambiando lo que hay en mis sentidos, cambiando lo que haga con sus rayos.